Familias Canguro...

¿Y cuándo te lo quiten?... es una de las frases más oída por todas aquellas familias que se hayan embarcado en la maravillosa experiencia de acoger a un niñ@ en su hogar.















jueves, 29 de octubre de 2009

Ya ha llegado...¡!

Después de dos meses y medio sin bebés en nuestro hogar, hoy a la una de la tarde llegó una pequeña que ya nos tiene a todos enbobados.
La verdad es que los últimos dos días (desde que por fin llamaron de la Cruz Roja) andamos todos un poco azotados por casa y por qué no reconocerlo, con una sonrisa un tanto bobalicona. Las niñas creo que ya se lo dijeron a amigas , profesores, familiares y diarios personales, o al menos eso me han dicho...
Si esperáis que os cuente lo guapa que es, cuánto come o cómo duerme, me temo que esperáis en balde. Podría contaros la ternura que despierta, pero os lo imaginareis. Podría contaros la variedad de pensamientos que se me pasan por la cabeza mientras la miro, pero si os esforzáis también os lo imaginaréis. Lo que seguro no habréis llegado a imaginar es la cantidad de gente que se acerca a verla como si fuera un objeto, o los que son incapaces de mirarla y disfrutarla sin tener que enjuiciar a su familia, o de vaticinarle una vida llena de desgracias sin saber nada de su situación. Y por último los que nos miran como si estuviéramos locos, los que creen que estamos sacrificando no sé que cosas en vez de ganar en emociones, en vez de sentir que estamos poniendo un granito de arena en su vida, que estamos dándole un poquito del amor que necesita para ser como un bebé más, como un niñ@ más.
Esta noche nos toca hacer turnos cada tres horas, aún no sabemos como dormirá en su nueva casa, ni si nosotros dormiremos algo o no (las emociones son muy malas para esto del descanso), pero lo que sí sé es que mañana, al igual que hoy, volveremos a oír : yo no podría.

lunes, 19 de octubre de 2009

Su lugar...

Llegábamos el otro día María y yo de la calle, y al entrar en casa nos dirigimos a la cocina. Allí, justo al lado del combi, en uno de los azulejos nos encontramos con un diminuto caracol, supongo que vendría con una de las lechugas de huerta que compramos, (es que a mi las iceberg no me gustan). Estaba allí inmóvil dentro de su casita, mediría un poco menos de medio centímetro.
Mi primer pensamiento fue en deshacerme de él, pero claro sin matarlo, así que mi lúcida mente buscaba un plan cómodo y fácil para enviar a nuestro ocupa a un lugar más natural.
La primera idea con la que mi cerebro me iluminó fue tirarlo por la ventana, claro que más que iluminarme me deslumbró. Cogí a aquel bebé de caracol con mis dedos índice y pulgar, y me dí cuenta de cuan frágil era. Practicamente era transparente y pude sentir como crujía bajo la leve presión de mis dedos, ¿cómo iba pues a sobrevivir a una caída libre desde una altura de miles de veces su tamaño?.
La otra idea me la dio María, que me dijo: "échalo a la basura, a lo mejor con una hoja de lechuga sobrevive". Tampoco necesité mucho tiempo para darme cuenta que esa idea tampoco era muy brillante, así que la deseché enseguida.
Venciendo la holgazanería y mi gusto por la comodidad, me volví a calzar y me dispuse a dejar a aquel pequeño en su medio natural. Es decir en un jardín que hay al dar la vuelta a mi casa. Lo puse en la palma de mi mano y su hasta ahora inmovilidad se transformó en una actividad "frenética" (visto a la velocidad del caracol, claro está), desplegó todo su cuerpo, sacó su cabeza y estiró sus delgados cuernos, recorrió la palma de mi mano en un momento, hasta el punto que lo tuve que volver a poner en el medio y cerrar el puño mientras bajaba por las escaleras a la calle. Cada vez que abría mi mano vuelta a empezar, hasta que llegamos a su destino. Es decir a su hogar, en el césped junto a un árbol. Una vez que lo dejé allí, el caracol volvió a esconderse sin salir en todo el rato que me quedé mirando.
No sé si allí en aquel lugar, siendo tan pequeño y aparentemente frágil, tuvo muchas oportunidades de sobrevivir. Pero lo que está claro es que aquel era su lugar.
Lo que me pregunto es: ¿por qué sólo se movió mientras estuvo en mi mano?. Me gustaría pensar que fue porque se encontraba agusto y protegido. Aunque tampoco me extrañaria que fuese por miedo. Yo me imagino tener su tamaño o a un caracol con el mio y es que.......

martes, 13 de octubre de 2009

La espera

Como muchos de vosotros ya sabéis, estamos esperando un nuevo bebé. Lo curioso es que no sólo lo esperamos en casa si no que un montón de gente que nos rodea lo está esperando también con nosotros. Y digo lo curioso, porque aunque hay bebés muy deseados que por desgracia tienen que verse en el programa, otros muchos no son tan esperados y no deja de sorprenderme que tantos desconocidos estén ya pendientes de su llegada para darle un poquito de amor durante el tiempo que esté con nosotros. Quiero pensar que de alguna forma, es la manera que la vida tiene de empezar a compensarles por lo que les falta de primera mano.
Algunas veces, he estado con madres que en vez de amar a su hijo, parecían amar a su propio reflejo, como si esos pequeños fueran una extensión de ellas mismas. Supongo que es muy fácil dejarse llevar por la fantasía, por los delirios de grandeza o nuestras frustraciones y pretender que nuestros hijos consigan lo que nosotros deseamos. Supongo que debe ser terrible descubrir un día, que vives con un desconocido, torturarte pensando en que te equivocaste o porque te "salió" mal...O quizás, en el mejor de los casos, darte cuenta que en vez de amar a tu hij@ por lo que es, lo amaste pensando en lo que tú querias que fuera...
Confío en no dejarme llevar nunca por el reflejo en el agua y poder seguir amando sin ideas preconcebidas a mis niñas y a cada uno de los bebés que pasen por nuestro hogar. Como ya dije más veces, amar es dejar marchar, amar es libertad.

martes, 6 de octubre de 2009

Cupido y Psique

Dícese de los celos: Sensación de celopatía. Traduce un estado afectivo de ansiedad originado en el miedo, de base real o ficticia, a ser abandonado por la persona amada. También indica el temor a que la persona estimada muestre preferencia por otro sujeto....
Sobre el significado de las palabras hace más de dos mil años que Platón nos dejó en su dialogo "Crátilo", la conclusión de que el lenguaje no es un medio válido para el conocimiento de las cosas.
Todo esto viene a cuento de las ocasiones en las que alguien nos preguntó si nuestras hijas no tenían celos de los bebés. Esta es una pregunta a todas luces lógica. Pero teniendo en cuenta el caso, también es muy triste pensar que alguien pueda sentir celos de un bebé al que acaban de abandonar su padres, o se lo retiraron las autoridades competentes, o lo que quiera que sea el motivo por el cual un bebé no está siendo cuidado y amado por sus padres biológicos, sino por una familia de "extraños".
Los celos, creo yo, son aprendidos de unos grandes maestros por nuestros pequeños. Esos maestros enseñan a nuestros hijos a ser celosos, con su ejemplo y palabras. Esos maestros, somos los padres.
Los celos son un sentimiento muy poderoso, tanto que puede llenar un corazón entero. Pero mucho más poderoso aún es el Amor y un corazón puede estar lleno de infinitos amores.
Desde hace una semana aproximadamente nuestras hijas después del saludo al salir del colegio, nos hacen la siguiente pregunta: ¿Qué ya llamaron de Cruz Roja?.